Regreso de un cine de terror de los 80′ con personajes siniestros, pervertidos, locos, que incomodan al espectador. La vulnerabilidad de las víctimas radica en la inocencia e ingenuidad, mientras que la del villano en la forma de hablar y comportarse que hace pensar en un tipo raro posiblemente con alguna enfermedad neurológica y mental que pone nervioso a cualquiera.
Estoy hablando del Film Longlegs, película estadounidense del 2024 protagonizada por Nicolas Cage y Maika Monroe dirigida por Oz Perkins (la próxima película del director será The Monkey basada en un cuento de Stephen King). 100 minutos de película muy bien distribuida y muy bien dirigida.
Lo que puedes encontrar en esta película es: profundidad sobre los temas más complejos con muchos guiños a tu propio pasado, muy buenas actuaciones, muy buena banda sonora, reflexiones para volarte la cabeza (como yo ahora), una investigación detectivesca, a Nicolas Cage, muertes horrorosas y pactos con el Diablo. Situaciones muy reales. Sucesos paranormales y satánicos. Y, por supuesto, mucho terror.
¿Qué podría salir mal?
Mis reflexiones: Muchas películas durante todo tipo de generaciones van dejando esta alerta de: no hables con extraños. Muchas generaciones van repitiendo patrones en diferentes épocas, para llegar a lo mismo: no hables con extraños. Errores que se cometen en las generaciones no importa cuál sea. Esto me hace pensar: ¿qué errores se están cometiendo ahora? ¿Internet? ¿Inteligencia artificial? Porque en varios años más saldrán estos errores en alguna película de terror y nos hará preguntarnos ¿cómo no nos dimos cuenta? ¡No hables con extraños!
Da un escalofrío reflexionar cómo se pasan por alto tantas banderas rojas. Como se repiten patrones de abuso infantil y deja cuerpos y mentes abolladas. La complicidad de la familia. El silencio de los padres. El no hablar de los temas por confianzas rotas o miedo. Esto termina dejando a humanos con heridas que se manifiestan en sus propias relaciones y la personalidad que desarrollan de adultos. Somos una generación de traumas y trastornos, pero la de atrás y la de atrás y la de atrás también lo fueron. Ciclos que se repiten.
Tristemente existe una atmósfera en la película tan cercana. Este “tío” que los papás apreciaban tanto y que iba por ahí dándole regalos a las niñitas, juntándose con ellas, dándole besos en las mejillas, poniéndole sobrenombres tiernos (había uno que me decía Muñequita [?]) y que lo dejaban solo con las niñas porque es “de la familia”, del círculo más intimo y de confianza.
Mucha reflexión esta película como en mis mejores años universitarios. La verdad que la miré con mucha expectativa, la fui perdiendo por la mitad, volvió la adrenalina al final y siguieron los engranajes de mi cabeza funcionando después, cuando me puse a escribir esto.